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Carley se crió en un campo de refugiados en la frontera entre Tailandia y Birmania. Estaba rodeada de vallas y toda su vida giraba en torno a la supervivencia y el miedo. No tenía esperanzas, sueños ni metas.

La trajeron a los Estados Unidos a la edad de 9 años, donde su padre murió poco después. Su madre tenía tres trabajos y tenía poco tiempo para Carley o sus hermanos. Carley, cuando tenía 12 años, se quedó a cargo de la casa y de sus hermanos. No sabía lo que era tener una infancia llena de amigos y actividades. Sentía como si su vida todavía girase en torno a la “supervivencia”.

Cuando supo que estaba embarazada, ella y su esposo se asustaron mucho y sintieron que necesitaban ayuda y apoyo. Encontraron a Agape en Internet. Cuando comenzaron a tomar clases para padres, ¡aprendieron mucho! Aprendió que puede convertirse en una mejor madre y empezó a ganar más confianza en sus habilidades. Aprendió sobre disciplina y cómo criar a su hijo de manera diferente a cómo la habían criado a ella.

“Agape nos mostró que una familia feliz necesita de ambos padres. Mi esposo aprendió que está bien hacer más que trabajar todo el tiempo, pero aprendió que jugar y divertirse con sus hijos también es parte de ser padre. Doy gracias a Dios que me trajo hasta aquí para encontrarme con Ágape”.

Carly con su marido y su hija de 1 año.
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